La mata de curueño, también conocida como Aconitum napellus, es una planta perenne perteneciente a la familia de las ranunculáceas. Es originaria de Europa y Asia Central y se caracteriza por tener flores de color azul-violáceo con forma de casco o capucha, de ahí su nombre común de "mata de curueño".
Esta planta es altamente tóxica si se ingiere, por lo que se debe tener cuidado al manipularla. Se encuentra en zonas de montaña y bosques húmedos y prefiere suelos ricos en materia orgánica y con buen drenaje.
En la medicina tradicional, la mata de curueño se ha utilizado en pequeñas dosis para tratar enfermedades como el reumatismo, la fiebre y la neuralgia, sin embargo, su uso debe ser supervisado por un profesional de la salud debido a su toxicidad.
En el jardín, la mata de curueño se puede cultivar como planta ornamental, pero se recomienda mantenerla lejos de niños y mascotas debido a su toxicidad. Se puede propagar por división de matas en primavera u otoño.
En resumen, la mata de curueño es una planta de gran belleza pero altamente tóxica, por lo que se debe manipular y cultivar con precaución.
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